sábado, 14 de agosto de 2010

Histeria Circular

Siempre observando sus siluetas reflejadas en aquellas cinturas, maquiavelicamentes hermosas, mecánicamente perfecta figura completamente censurable contra la felicidad, era la que aquella persona lucia sin vestirse. 
Su precaria y rustica desnudes encerraba a su ser en su problemática poesía, su locura se extendia a lo largo de su cabellera y su respiracion constante caminaba sobre el asfalto. 
Fueron sus pisadas las que marcaron mi pulso cardíaco, fueron  sus miradas las que me devolvieron la vida, mientras sus caricias crucificaban mi alma.
Insaciables besos de pasion dominaban mi destino, compasión era lo que sus labios emanaban con la simpleza caracteristica de una lagrima.
De cada segundo era la dueña, en cada instante se apoderaba de mi cabeza.
Siguiendo el sentido contrario de las agujas del reloj asomaba la gran sala de espera de la Esperanza, donde solo yacía aquel que por perder no tenia nada.
Extasiado en ternura suelto mi ala, le pongo el pecho a las balas, ataco sin compasión esperando hacer del destino mis manos, me ato en desesperacion al ver que sin querer saciar la sed del amor, rebalsa la copa de la pasion.
Extraños encantos iluminaban mi futuro ya sin predicción. Tomando el todo la posición de la nada, zarpo nuevamente hacia aquel horizonte de tentación.
Ya electrocutado por la corriente alterna de la duda se bifurca aquella relacion. Que sin saber dormir, soñó.
Agotado ya del arduo trabajo del reprimir, decide salir a caminar, nuevos horizontes buscando alcanzar.
Miembro vitalicio de noches sin lunas, recorre la ciudad; aquella que con su amargo tinte de humedad lo hizo llorar.
Merodeando decide vivir, sin pensar a donde ir, amigándose con su mas intimo enemigo decide seguir, ahora en manos del destino se encuentra con su sentir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario